martes, 13 de noviembre de 2012

CUARTO TRABAJO
VENCER LA INDIFERENCIA DEL ESPíRITU  (libro El Viaje Infinito)

Bajaron juntos al río donde estaba el tapir con sus crías, viviendo en las aguas erizadas por la luz y el oleaje del verano, a lo lejos se escuchaba el rugido del jaguar, y las oropéndolas con su colas doradas emitían su canto secreto. El joven Kona subió con el hombre medicina y sus tres compañeros, y se pusieron en marcha bajo un pálido cielo a
zul.

El hombre medicina hablaba poco y en otra lengua, pero mientras Kona remaba con su pértiga larga esparció ungüentos de hojas de copaichi y manteca de mono, en las heridas del joven wamak.

Él le habló de los enemigos internos, de las bestias y demonios que quisieron destruirlo; de cómo había luchado recordando en todo instante los consejos de sus maestros y su padre. Luego hicieron silencio, a lo lejos se escuchaba el canto del pájaro paujil, con su voz de violoncelo y sus melodías de madera.

Cuando Kona volvió en sí, vio que el hombre medicina había desaparecido otra vez. Entonces, de un segundo a otro, apa- recieron enormes lagartos que atacaron la balsa.El joven Kona remó con desesperación hacia la orilla y pudo saltar con su pértiga, pero no sabía a qué tierra había llegado. Esta vez estaba solo y todo que-dó inmóvil. En un impulso de protección subió a un árbol, justo en el momento en que una lluvia torrencial castigó la selva.

El joven wamak sé sentía débil y enfermo, y sólo lo consolaba el hecho de haber podido vencer la indiferencia de su Antepasado. Pronto miró hacia arriba, y con sus ojos atónitos observó una serpiente de un tamaño descomunal. Al parecer dormía, pero su sola presencia le hizo recordar su próximo trabajo. Se concentró vivamente, no deseando moverse y esperó.

A lo lejos se escuchó la voz de su compañera, la joven Amek, y decía: -Tienes que aprender a esperar y resistir como los wamak, pues así creas una fuerza.
-Amek,¿me escuchas? -gritó interiormente Kona- ¡Sólo he logrado una cosa! Pero que dará paz a nuestro hogar.
-Sí es verdad, eI Antepasado ya no es indiferente.
-¿Tú lo sientes, Amek?
-Sí, -dijo Amek- nuestro hogar tiene una nueva luz.
(CONTINUARA)
EL VIAJE INFINITO- awankana

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